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Cambiar la cultura corporativa para transformarse

Para que los negocios vivan una verdadera transformación tecnológica, además de invertir en las tecnologías adecuadas, es clave apostar por un cambio cultural. Víctor Manuel Muñoz Rodríguez, alto consejero para la Innovación y la Transformación Digital de la Presidencia de la República, habla en esta entrevista sobre el papel de la tecnología y de la cultura corporativa en las empresas de hoy.

Más allá de implementar cambios en los procesos y en las herramientas tecnológicas, para poder destacarse en el mercado de hoy, que se transforma continuamente, es fundamental que las empresas vivan al interior un cambio cultural, esto es lo que les permite estar abiertas a nuevos desafíos y aprendizajes para innovar y agregar valor de manera diferente.

Por eso, como afirman muchos expertos en el mundo, la cultura debe ser el eje de la transformación tecnológica, esto lo ratifica Muñoz Rodríguez en la siguiente entrevista.

¿Cuáles son las capacidades que deben desarrollar las empresas para su transformación tecnológica?

“Siempre es bueno contar con expertos en tecnología y en procesos, y no estar permanentemente en esquemas de ensayo y error”,

Víctor Manuel Muñoz Rodríguez.

Los procesos de transformación tecnológica empresarial tienen tres componentes: cultural, procesos y tecnología. Esto no es un tema de moda y está concebido para mejorar la productividad y los servicios, y evolucionar hacia nuevos o mejores modelos de negocio. El mayor reto pasa por el cambio cultural y tener el talento adecuado. Por ello, debe existir desde la alta dirección, un propósito de simplificar procesos, digitalizar y lograr mejores resultados. Así mismo, promover la formación de ciertas competencias, desarrollando ambientes de capacitación y valiéndose de las ofertas existentes; e intercambiar conocimiento con actores internacionales para adaptarse a los retos del futuro en escenarios globales.

¿Cuáles son los beneficios que se pueden obtener?

Productividad, eficiencia, velocidad, delivery, personalización y, lo más importante, experiencia de usuario para conocer y responder en tiempo real a sus necesidades y expectativas. Igualmente, las tecnologías pueden proponer un cambio en infraestructura y procesos, convirtiéndose en un elemento primordial para repensar los negocios desde su base, con nuevas metas y objetivos estratégicos.

¿Por qué las empresas deben entender que no basta con adquirir tecnología de punta para transformarse si no saben cómo aplicarla?

La tecnología siempre ha sido un medio, no un fin. Si aplicamos tecnología a procesos obsoletos o digitalizamos un proceso, pero permanece inalterado, simplemente habremos logrado que este sea digital, pero seguirá siendo ineficiente. Antes de invertir en tecnología es necesario tener un assessment inicial, definir las metas del proceso de transformación y conocer los impactos que se quieren alcanzar. Las entidades deberían especializarse en el desarrollo de métricas que les permitan medir y evaluar si están obteniendo los resultados esperados o qué cambios deberían hacer.

¿Cuáles son las barreras a las que se enfrentan las empresas en Colombia cuando deciden avanzar hacia una transformación tecnológica?

La falta de talento dentro de los negocios, carecer de información de tendencias o de usos especializados por sector, ignorar las funcionalidades que brindan las tecnologías emergentes, resistencias culturales, falta de desarrollo de una infraestructura digital y costos de implementación que todavía no se justifican, en gran medida, por desconocimiento. A esto se une lo que hemos caracterizado como falta de condiciones habilitantes: acceso a datos —especialmente estructurados—, infraestructura pública que soporte la actividad empresarial y conectividad. Esperamos superar las condiciones habilitantes de manera pronta y efectiva con diversas medidas y cambios normativos.

¿Por qué es clave que en este proceso las empresas busquen aliados estratégicos y especializados?

Los aliados traen nuevos conceptos, usualmente son startups con metodologías ágiles, manejan conceptos de prototipado y son grandes socios en el cambio cultural. Estos expertos conocen modelos de éxito, sirviendo de aprendizaje para evitar gastos innecesarios. Colombia tiene la oportunidad de valerse del conocimiento que han generado las empresas y los países que lideran la industria tecnológica.

¿Cuáles son las metas que se ha fijado la industria colombiana para avanzar en la transformación tecnológica?

En el corto plazo, aumento de productividad, digitalización de trámites y fin de procesos físicos, servicios en la nube, asistentes virtuales 7×24 en modalidad chatbot, tener y crear infraestructura de datos públicos, brindar conocimiento e identificar cuáles barreras deben ser resueltas por el Estado o por las empresas. En el largo plazo, automatización de procesos; uso de inteligencia artificial para optimización de servicios e implementación de estos sistemas para toma de decisiones; modelos disruptivos basados en tecnologías de la cuarta revolución industrial; interoperabilidad a todo nivel; planes robustos de ciberseguridad; infraestructura física interconectada; y robotización de la economía.

 

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La tecnología y las comunicaciones corporativas

Los diferentes desarrollos e innovaciones tecnológicas no solo han generado cambios en las formas de ser, pensar y relacionarse con los demás, también en la manera como las empresas se comunican con sus públicos y los persuaden.

Lo que antes se resolvía con una llamada para decir “me tardo un poco”, hoy se resuelve con un mensaje corto y rápido a través de WhatsApp o, ya no es “quiero trabajar en su empresa” sino “quiero que esté en mi empresa” gracias a la aproximación que se tiene en Linkedin del perfil profesional de una persona.

Estos son solo dos casos puntuales de cómo la tecnología impacta la comunicación del día a día, rompe barreras geográficas y brinda diferentes posibilidades en cuanto a comunicaciones personales, corporativas, con fines de networking, publicitarias, educativas, entre muchas más.

El correo electrónico, sin duda, es una de las herramientas más potentes de comunicación y así quedó demostrado en el informe del 2019 presentado por la plataforma de conocimiento digital Socialbakers en el que muestra que cada sesenta segundos son enviados 188 millones de mensajes por correo electrónico, un dato que cada vez crecerá más, pues no solo son los correos enviados de una persona a otra sino todos los que las compañías envían para estar en contacto con sus audiencias, que es lo que hoy se conoce como email marketing o permission marketing, mensajes que suman a esta cifra y demuestran la importancia de desarrollar estrategias de mailing.

Cambios en la forma de almacenar información

Así como cada vez toma más relevancia el email marketing, hay otros aspectos que también han cambiado en las organizaciones. Uno de estos es la manera de almacenar la información, que pasó de estar en grandes carpetas físicas en un cuarto exclusivo a estar a un clip o a un tap en la nube, sin importar el lugar o el momento.

De acuerdo con Sor María Castaño, experta en transformación digital y líder de Tecnología en Postobón, hoy el mayor activo de las compañías es la información, por eso, “ha cambiado la forma de emitirla, recibirla, consultarla, almacenarla, custodiarla, asegurarla, compartirla y gobernarla”.

Si bien compartir información ahora es mucho más fácil, si no se toman las precauciones y controles adecuados, este punto a favor puede representar riesgos para las compañías. Para evitar esto es clave tener la información centralizada y definir procedimientos y protocolos claros que garanticen el buen uso de los datos almacenados.

La tecnología y los colaboradores

Más allá de los cambios en las formas de hacer las cosas, la tecnología igualmente ha impactado en el comportamiento de los empleados.

Para Andrés Rozo, psicólogo experto en cultura organizacional, aunque esta favorece el desarrollo del negocio y posibilita la sostenibilidad de las compañías en el tiempo, la inclusión de robots y la automatización de diferentes procesos “crea un panorama que puede generar ansiedad y amenaza para los profesionales o que representa retos ambiciosos para ellos, pues ninguna profesión se salva de esta reinvención: es un cambio que compromete la apertura, la responsabilidad de informarse constantemente y de abrirse a nuevas funciones, unas más estratégicas que cada vez agreguen más valor al core de cada negocio”.

Frente a los cambios que trae la tecnología, las empresas están llamadas a incorporar nuevas y mejores prácticas que les permitan garantizar tanto la seguridad de la información que almacenan como las buenas relaciones entres sus colaboradores.

Por otro lado, Rozo señala que la tecnología también genera variaciones en la empatía entre los equipos de trabajo, por ejemplo, el hecho de mirarnos menos a los ojos, de tener más contacto con el celular que con las personas, crea distancias y para que esto no se convierta en un problema, las compañías deben permear entre sus colaboradores una cultura de comunicación asertiva, directa, clara y trabajar en el fortalecimiento de las relaciones.

Es importante tener en cuenta las diferentes generaciones que hoy hacen parte de las organizaciones, pues en el caso de los millenials estos ven la tecnología como un aliado y los centennials, que vienen detrás, no imaginan la vida sin la tecnología, por eso, es clave que, además de promover la búsqueda de tendencias, la cocreación y la homologación de conocimientos entre sus empleados, propiciar los espacios de socialización y de conexión con lo fundamental.