La tecnología y las comunicaciones corporativas

Los diferentes desarrollos e innovaciones tecnológicas no solo han generado cambios en las formas de ser, pensar y relacionarse con los demás, también en la manera como las empresas se comunican con sus públicos y los persuaden.

Lo que antes se resolvía con una llamada para decir “me tardo un poco”, hoy se resuelve con un mensaje corto y rápido a través de WhatsApp o, ya no es “quiero trabajar en su empresa” sino “quiero que esté en mi empresa” gracias a la aproximación que se tiene en Linkedin del perfil profesional de una persona.

Estos son solo dos casos puntuales de cómo la tecnología impacta la comunicación del día a día, rompe barreras geográficas y brinda diferentes posibilidades en cuanto a comunicaciones personales, corporativas, con fines de networking, publicitarias, educativas, entre muchas más.

El correo electrónico, sin duda, es una de las herramientas más potentes de comunicación y así quedó demostrado en el informe del 2019 presentado por la plataforma de conocimiento digital Socialbakers en el que muestra que cada sesenta segundos son enviados 188 millones de mensajes por correo electrónico, un dato que cada vez crecerá más, pues no solo son los correos enviados de una persona a otra sino todos los que las compañías envían para estar en contacto con sus audiencias, que es lo que hoy se conoce como email marketing o permission marketing, mensajes que suman a esta cifra y demuestran la importancia de desarrollar estrategias de mailing.

Cambios en la forma de almacenar información

Así como cada vez toma más relevancia el email marketing, hay otros aspectos que también han cambiado en las organizaciones. Uno de estos es la manera de almacenar la información, que pasó de estar en grandes carpetas físicas en un cuarto exclusivo a estar a un clip o a un tap en la nube, sin importar el lugar o el momento.

De acuerdo con Sor María Castaño, experta en transformación digital y líder de Tecnología en Postobón, hoy el mayor activo de las compañías es la información, por eso, “ha cambiado la forma de emitirla, recibirla, consultarla, almacenarla, custodiarla, asegurarla, compartirla y gobernarla”.

Si bien compartir información ahora es mucho más fácil, si no se toman las precauciones y controles adecuados, este punto a favor puede representar riesgos para las compañías. Para evitar esto es clave tener la información centralizada y definir procedimientos y protocolos claros que garanticen el buen uso de los datos almacenados.

La tecnología y los colaboradores

Más allá de los cambios en las formas de hacer las cosas, la tecnología igualmente ha impactado en el comportamiento de los empleados.

Para Andrés Rozo, psicólogo experto en cultura organizacional, aunque esta favorece el desarrollo del negocio y posibilita la sostenibilidad de las compañías en el tiempo, la inclusión de robots y la automatización de diferentes procesos “crea un panorama que puede generar ansiedad y amenaza para los profesionales o que representa retos ambiciosos para ellos, pues ninguna profesión se salva de esta reinvención: es un cambio que compromete la apertura, la responsabilidad de informarse constantemente y de abrirse a nuevas funciones, unas más estratégicas que cada vez agreguen más valor al core de cada negocio”.

Frente a los cambios que trae la tecnología, las empresas están llamadas a incorporar nuevas y mejores prácticas que les permitan garantizar tanto la seguridad de la información que almacenan como las buenas relaciones entres sus colaboradores.

Por otro lado, Rozo señala que la tecnología también genera variaciones en la empatía entre los equipos de trabajo, por ejemplo, el hecho de mirarnos menos a los ojos, de tener más contacto con el celular que con las personas, crea distancias y para que esto no se convierta en un problema, las compañías deben permear entre sus colaboradores una cultura de comunicación asertiva, directa, clara y trabajar en el fortalecimiento de las relaciones.

Es importante tener en cuenta las diferentes generaciones que hoy hacen parte de las organizaciones, pues en el caso de los millenials estos ven la tecnología como un aliado y los centennials, que vienen detrás, no imaginan la vida sin la tecnología, por eso, es clave que, además de promover la búsqueda de tendencias, la cocreación y la homologación de conocimientos entre sus empleados, propiciar los espacios de socialización y de conexión con lo fundamental.

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