Hábitos de CEO y empresarios disruptivos

Mucha información se produce y se comparte alrededor de las prácticas de las personas exitosas. Sin embargo, más que consejos, es aun más relevante saber qué hábitos tienen los gerentes, esos líderes que marcan la diferencia en la industria.

Algunos consejos como la disciplina, la necesidad de estar informado, la importancia de ser un líder y no un jefe, son algunas de las frecuentes lecturas que tenemos a la mano para recordar qué cosas hacen bien los pioneros, los CEO de las compañías más importantes del mundo.

En Staff reunimos una serie de hábitos y prácticas que prometen ser prodigiosas para cualquier gerente.

Obsesión por la pasión

En el documental de Netflix “Bill Gates bajo la lupa” se muestra una faceta humana y profesional del cofundador de Microsoft, no obstante, esa faceta profesional no se muestra tan “ideal”, por el contrario, se expone la obsesiva forma de vivir una pasión.

La afición por la programación para Bill Gates inició desde muy chico. Mientras sus compañeros del colegio jugaban, Gates programaba; esa diferencia que lo hizo distinto entre sus pares, él la convirtió en una diferencia para el mundo, una idea, un negocio que lo mantiene en la Lista Forbes como uno de los hombres más ricos del planeta por más de quince ediciones.

¿La obsesión debería ser un hábito que se exponga como algo positivo? Siempre se ha mostrado la obsesión como una práctica no tan amable, pero para Bill Gates, la obsesión por su pasión fue y es un rasgo que lo diferencia y que determina su historia. Gates pasaba más de 14 horas haciendo lo mismo, su experiencia la fundamentaba en perfeccionar su experticia.

Outliers, un libro escrito por Malcolm Gladwell, define el éxito de forma particular y distinta. En esta edición, el autor se atreve a proponer y a relatar con ejemplos de personas exitosas por méritos poco comunes y valores atípicos, cómo lograron el éxito. A continuación, exaltamos unos de ellos con situaciones reales:

La experiencia

Una de ellas es la experiencia, en la que propone que las personas alcanzan el éxito cuando son expertas en un tema. “La práctica no es lo que uno hace cuando es bueno. Es lo que uno hace para volverse bueno.” Su concepto está fundamentado en hacer una tarea 10 mil horas; luego de pasar este tiempo repitiendo una misma actividad, se puede convertir en un experto. Así destaca el éxito de Thomas Alba Edison, Bill Gates, Mozart, entre otras figuras públicas famosas.

Criterio

El segundo concepto desarrollado por Malcolm Gladwell es el criterio. Cita ejemplos de cómo personas muy inteligentes que temen a hablarle a la autoridad o a defender sus ideas en público, terminan siendo comunes en sus profesiones, pero como otros que pueden no ser tan “geniales” con un criterio claro, con convencimiento de lo que quieren decir, logran éxito en su vida profesional. Argumentar, defender las ideas propias, no tenerle miedo a la jerarquía, hablarle a un gerente como se le habla a un par, es, según Gladwell, fundamental para alcanzar el éxito.

Procrastinar

Siempre se ha dicho que procrastinar está mal, que los millennials pierden tiempo valioso procrastinando y así, poco a poco, este término toma una “mala” fama; sin embargo, Adam Grant en su charla de TED: Los sorprendentes hábitos de los pensadores originales, expone cómo procrastinar en un punto de la curva asociada con el tiempo, es positivo.

Explica que cuando se inicia una tarea, y se deja abierta, las ideas giran en torno a este problema por resolver que dejamos en nuestra mente, y el cerebro se obliga a formular posibles soluciones; pues asegura que en estos lapsos llegan las ideas divergentes y muchas veces las ideas disruptivas.

Simplicidad

Quizá, cuando se habla de simplicidad, para muchos, la empresa Apple inmediatamente aparece como un referente, o por lo menos quienes han tenido un producto de esta compañía saben que su diferencial es este; pero si Apple es igual a simplicidad, es porque Steve Jobs se encargó de que así sucediera.

Cuando Jobs volvió a dirigir la empresa de la que había sido despedido, una de las principales cosas que hizo fue: simplificar su oferta de productos. Esto con el fin de tener menos productos, que fueran los mejores: centrar el mensaje de la marca a una identidad diferenciada.

Jobs defendía que no era necesario tener tantos productos por segmentos; defendía el hecho de focalizar la empresa en objetivos contundentes, en tener menos variedad, y sí más calidad. Así, sus colaboradores estaban más enfocados y el marketing, mejor optimizado. En palabras de Steve Jobs: “La simplicidad es la sofisticación definitiva”.

“La cultura a la que pertenecemos y la herencia de nuestros antepasados conforman el modelo de nuestros logros de manera que no podemos comenzar a imaginarnos”. Malcolm Gladwell

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