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Interpreta resoluciones y circulares de forma ágil

Cada cierto tiempo, ocurren cambios a nivel normativo, llegan resoluciones nuevas, una circular, un documento técnico emitido por alguna entidad reguladora como, la DIAN, una Superintendencia o un Ministerio, por eso, entender una norma no debería ser un misterio ni una tarea reservada a abogados. Basta con tener un método claro, algo de criterio, y, sobre todo, saber qué buscar.

Entender correctamente una resolución no es solo una formalidad legal: es una herramienta de gestión. Es lo que permite actuar con criterio, anticiparse a los cambios y mantener el control en medio de un entorno normativo que, sobre todo en sectores como financiero, tecnología y servicios cambia cada vez más rápido.

En este artículo te explicamos cómo leer una resolución o circular, cómo entender qué cambia realmente y cómo aplicarlo sin complicarte más de lo necesario.

Empieza por interpretar el porqué de las resoluciones

Toda norma responde a un contexto. Puede derivarse de un cambio legal, de una nueva política pública, de una necesidad del sector o de una actualización técnica.

En los primeros párrafos del documento, la exposición de motivos o los considerandos, normalmente se explica por qué se emite la resolución. Ese apartado no suele tener efecto jurídico directo, pero es clave para saber qué problema busca resolver la norma.

Ejemplo: La Resolución 000165 de 2023 de la DIAN sobre factura electrónica explica que busca aumentar la trazabilidad de las transacciones y mejorar el control tributario. Saber esto permite entender que no es solo un cambio operativo, sino parte de una estrategia fiscal más amplia.

Identifica si te aplica

No todas las normas son para todos. Algunas solo afectan a un tipo de empresa, un sector, un tamaño específico de organización o a quienes cumplen ciertos criterios.

Busca información como:

  • Ámbito de aplicación: ¿Nacional o sectorial?
  • Sujetos obligados: ¿Quiénes deben cumplir?
  • Exclusiones: ¿Hay exenciones temporales o definitivas?

Ejemplo: Las circulares del sistema SARLAFT suelen ir dirigidas a entidades vigiladas por la Superintendencia Financiera. Si eres una empresa tecnológica que no maneja recursos de terceros, puede que no te aplique directamente. Pero si haces alianzas con entidades financieras, sí deberías estar al tanto.

Traduce la norma a tu realidad

Aquí es donde muchos se bloquean. Porque una cosa es leer que “se modifica el Anexo Técnico 1.8” y otra muy distinta es entender qué debe cambiar el lunes por la mañana en tu equipo de trabajo.

Para eso, organiza el contenido en bloques prácticos:

  • ¿Qué tengo que hacer distinto?
  • ¿Qué debo dejar de hacer?
  • ¿A partir de cuándo?
  • ¿Quién en mi organización debe hacerse cargo?

Ejemplo: Cuando la DIAN exigió que las notas crédito y débito también fueran electrónicas, muchas empresas tardaron en entender que ya no bastaba con un documento interno. Había que integrarlo al sistema de facturación, validarlo con la DIAN y enviarlo en tiempo real. Eso no estaba subrayado, pero estaba claro para quien leía con atención.

Apóyate en otros y busca explicaciones oficiales

Los equipos jurídicos, los responsables de cumplimiento, los asesores tributarios o incluso las propias entidades emisoras suelen publicar interpretaciones, guías y webinars explicativos.

Consultar no es señal de desconocimiento, sino de responsabilidad. Además, contrastar lo que entendiste con otros te permite evitar errores de interpretación.

Ejemplo: Cuando salió la Circular Básica Jurídica de la Superfinanciera con nuevos lineamientos SARLAFT, la entidad publicó una guía técnica que explicaba cómo aplicar el enfoque basado en riesgos. Muchas empresas que solo leyeron la circular quedaron con dudas. Las que revisaron también la guía, ganaron tiempo y claridad.

Partes clave que siempre encontrarás en una resolución o circular

Cuando te enfrentas a una nueva resolución o circular, estos son los elementos infaltables.

  • Título oficial
    Especifica el tipo de documento, el número, el año y la entidad emisora.
    Ejemplo: Resolución 000165 de 2023 – DIAN.
  • Fecha de expediciónIndica cuándo fue emitida oficialmente. Es clave para calcular plazos de entrada en vigor.
  • Consideraciones o exposición de motivosExplican el porqué del documento: contexto, justificación legal o técnica, objetivo de la medida.
  • Ámbito de aplicaciónDefine a quién va dirigida: sector, tipo de empresa, actividad económica, tamaño de la organización, etc.
  • Disposiciones normativas o artículos
    Contienen el cuerpo central de la resolución: qué se ordena, modifica, obliga o aclara.
  • Fechas clave
    Incluye la entrada en vigor, plazos de transición, fechas límite para cumplir con lo establecido.
  • Firmas y respaldo institucional
    Muestra la autoridad competente que emite el documento, generalmente con firma o sello oficial.

Monitorea los cambios posteriores

Las resoluciones rara vez son documentos cerrados. A veces se modifican, se ajustan o se anulan semanas después. Estar atento a estos cambios es tan importante como leer bien la versión inicial. Suscribirte a boletines oficiales o usar sistemas de vigilancia normativa te ayuda a estar vigente en estos temas.

Interpretar correctamente una resolución no se trata de saber leyes, sino de saber leer con intención. De buscar el contexto, identificar el impacto, traducirlo a tu realidad y actuar a tiempo. Es una habilidad que marca la diferencia entre quienes reaccionan a lo que ocurre y quienes se anticipan.

En Cadena lo vemos todos los días: las organizaciones que comprenden rápido una norma toman decisiones antes, se adaptan mejor y ganan ventaja. Las que esperan a que el cambio ya esté encima, solo alcanzan a reaccionar, se frustran y pierden tiempo valioso. Pero tranquilo: si interpretar la normatividad no es lo tuyo, no estás solo. Tenemos un equipo especializado que está listo para acompañarte. Dominamos los marcos de LA/FT, SARLAFT, factura electrónica y demás regulaciones clave, y trabajamos para entender cada norma a fondo, analizar cómo impacta en tu empresa y decirte exactamente qué hacer, cuándo y cómo. Según tu sector, tu operación y tus riesgos.

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